Esperando en una noche lluviosa

Eran aproximadamente las 11:30; había terminado de trabajar hacía algunas horas y unas nubes habían cubierto el cielo desde hacía ya un rato, dado que una fría lluvia había comenzado terminó simplemente caminando bajo esta.
Recordando al chico de la noche anterior, con quien había quedado se encontraría esa misma noche terminó llegando al teatro. No era demasiado lógico pensar que iría con ese clima, probablemente él era la única persona a la que se le ocurriría salir entonces.
Sintió algo de frío un instante cuando el viento chocó contra él de improviso, pero simplemente lo ignoró. Se sentó cerca de allí, sintiendo aún como la lluvia le mojaba, probablemente esta se detendría pronto.
No sabía ya cuanto tiempo había pasado. Contempló la gran estructura del teatro, recordando la primera vez que había estado allí, ese día estaba emocionado y habían recorrido todo. Una imagen vino a su mente: el y Eleryu estaban solos sobre el escenario, entonces le había comentado que alguna vez cantaría allí y este le había dicho que estaría lleno de gente esperando a oírle, pero simplemente le había respondido que eso no le importaba, incluso si nadie le escuchaba, entonces sólo pensaba en que le gustaría que él lo oyese, eso era suficiente, pero ahora era imposible...
Su rostro se ensombreció algo al recordar aquello "Por qué tenía que pensar en ello" pensó
- De todos modos nada de eso importa ahora - Dijo en un suspiro mientras oía las campanas que terminaban de repicar; no se había percatado de la hora.

Habia estado observando por la ventana desde que el sol se había ocultado tras el horizonte . Sentía unas ansias que no podía parar leyendo, por lo que simplemente se dispuso a observar. Luego de unas horas notó una figura que se dirigía hacia las puertas del teatro. Al darse cuenta deque era aquel que había conocido la noche anterior, una sensación de felicidad se apoderó de él. Con actitud calmada, se dirigió hacia la puerta a esperar el momento en que se volviese corpóreo. Al tomar su apariencia humana salió del teatro y lo vio sentado en la puerta. Mientras se le acercaba, escucho a Sanaro decir una frase. Con tono suave y levemente curioso replicó en su oído- ¿Que es lo que no importa?

Escucha la pegunta mira al chico, levemente sobresaltado, estaba tan distraído con sus propios pensamientos que no se había percatado del momento en que Hikaru había llegado. Esboza una sonrisa - No es nada, sólo pensaba en vos alta supongo.
Poniéndose de pie - No me di cuenta que estabas aquí. A decir verdad, dudaba que hoy vinieses. - Observándolo por un momento dubitativo - ¿Está bien que estés por aquí a estas horas? Digo, parece que será una noche fría, podrías enfermar.

Sonrió al notar que había sorprendido al otro. En cierta forma le divertía un poco poder hacer esas cosas. Lo miró con gesto de ofendido en broma y riendo dijo- Te he prometido que estaría aquí siempre, verdad? No soy una persona que no cumpla sus promesas. - Miró el cielo y sonrió dulcemente.- Me gusta este clima, así que yo estoy bien con esto. No es como si me fuera a enfermar, hehe - Dijo riéndose de esa ironía. Recordando que estaba hablando con alguien que no sabia que era un fantasma agregó- Aun que no parezca no soy una persona que se pueda enfermar fácilmente con los climas frescos.

Rió levemente - A decir verdad a mi también me gusta mucho este tipo de clima... Supongo que está bien así, pero si llegaras a enfermarte terminaría por sentirme responsable - Suspiró sonriendo - Además, incluso si dices que te encontraré aquí siempre, no es como que pueda esperar eso ¿Sabes? - Le miró - Entonces... - Extendió su mano hacia el chico con una leve inclinación, ofreciéndose como guía - ¿Hay algún cito al que quieras ir o conocer?

Hikaru rió un poco tomándose a modo de juego lo de ser un humano. Sabia que ya no esteba vivo, sin embargo por fin entendía por que esta hora era tan especial para los fantasmas- hehe~ Incluso si me enfermara vendría a verte- Con una leve sonrisa añadió- Eres una muy buena persona..... Realmente me alegro de que hayas venido.... - El viento soplo con mas ímpetu moviendo los cabellos del joven. Suavemente sonrojado, mientras que con una mano corría los mechones de pelo de su rostro, tomó la mano del otro joven- Puedes llevarme a ver el mundo si quieres.... Si es con tigo como acompañante no me importaría el lugar..... A donde sea que vallamos, todo será sumamente interesante. Ya que para mi, hasta el ser u objeto mas pequeño tiene su toque encantador... Y al estar acompañado de alguien tan maravilloso, todo se vuelve mas bello - Dijo mirando a su alrededor lentamente, sin dejar escapar ningún detalle de esa hermosa noche.

- Si te enfermaras mas bien sería yo quien tendría que ir a verte, ni creas que te dejaría salir tan facilmente - Desvió la mirada a un lado por un momento - En realidad no lo soy; pero me alegra que vinieras también - Era cierto, no era como que se considerase alguien realmente "bueno" y mucho menos sabía siquiera si era una "buena influencia" con la cual tratar, pero por primera vez en bastante tiempo se sentía cómodo hablando con alguien, quizás porque esa persona era distinta a con quienes acostumbraba tratar. Al soplar el viento volvió a mirar a Hikaru, notando su leve sonrojo y sonriéndole a la vez que aquél tomaba su mano. Las palabras del chico le hicieron ruborizar también a él levemente, definitivamente no estaba acostumbrado a que lo trataran así - Entonces vamos, supongo que hay muchos lugares que puedo mostrarte, pero comencemos por el principio, los lugares más cercanos. - Comenzó a caminar - Y se bien por donde empezar.

Respondió con una encantadora sonrisa ante la idea de Sanaro- Dale~ Cualquier lugar esta bien para mi, ya que no conozco bien las zonas mas alejadas al teatro.... - Añadió un poco apenado. Aún continuaba agarrándolo de la mano. Se sentía mas seguro al hacer eso. Miraba curiosamente a todos lados mientras se preguntaba como seria la ciudad a la luz del día, mientras todas las personas circulaban para realizar sus tareas diarias. Eso, sumado a que no sabia cual seria el primer lugar que conocería, hacia que se sintiera mas deseoso de saber que era lo que tenia planeado Sanaro. Con una risa apacible y dulce se dijo para sí mismo- Vaya~ Me pregunto con que sitio iniciaremos el recorrido~ he he he~

- Tal ves - Comentó frente a la notoria curiosidad de Hikaru - No sea el mejor lugar para comenzar a conocer, pero, no queda muy lejos y no es difícil llegar desde el teatro.
Pronto se encontraban frente a lo que aparentaba ser una casa, con una rustica puerta en madera, estaba ubicado en un lugar algo apartado, y pocos sabían de su existencia, quizás por su apariencia estrena. Abrió la puerta dejando ver un salón con algunas mesas y sillas - Vamos, entra - Le sonrió.
El lugar estaba vacío, en las paredes, a un lado había antiguos muebles que contenían libros, al frente lo que parecía haber sido un viejo escenario, y sobre el centro de este un gran candil colgaba del techo.
- Solía venir a aquí a memorizar las canciones y partituras de sus libros - Comentó - Además hacen exquisitos postres, quizás por eso cada tanto continué viniendo incluso luego de recordar cada página... Pensé que podría agradarte pues, si en algún momento necesitas despejarte o pasar un rato tranquilo no es un mal sitio ya que casi nadie suele venir.
Un hombre algo mayor se les acercó rápidamente con una bolsa en sus manos "al fín, comenzaba a creer que no vendría, dejaré de recibir tus encargos si sigues haciendo esto" Dijo entregándosela.
- Él es el dueño, no es alguien de muchas palabras pero suele ser así de directo... Hace días le dije que vendría por algunas galletas de chocolate, pero no me había hecho de tiempo; pensé que tal vez te gustaría probarlas también - Lo miró aún sonriente, con curiosidad por sabe qué opinaba.

Miraba todo el lugar con rostro sumamente sorprendido y encantado. Musitando un suave y despacio "permiso" empezó a pasearse por el lugar como si nunca hubiese visto un sitio así. Lo cual era real. No podía recordar nada de cuando estaba vivo. Solo conocía la vista de las casas desde las ventanas del teatro. Nunca se había atrevido a entrar en otros lugares.
Caminó alrededor de las mesas mirando avergonzado cada pequeño detalle. Le gustaba el color oscuro de la madera de las mesas. Pasó su mano sobre una de ellas para percibir el tacto y suavidad de la madera usada.
Luego posó rápidamente la mirada en la biblioteca que se encontraba del otro lado. Con gracia y habilidad esquivaba las sillas y mesas que se interponían en su camino. Observaba con una mirada examinadora el lomo de los libros mientras con un dedo sentía la textura de estos. Luego de leer los títulos, posó una rápida mirada sobre todos en general sacando a continuacion un libro azul oscuro todo desgastado. Con una sonrisa tímida y avergonzada miró al otro joven y subió al vacío escenario.
Abrió una pagina al azar y leyó unos segundos en silencio. Cerrando sus ojos y adoptando una postura elegante comenzó a recitar el poema que había leído. Su voz se mostraba suave pero segura. Al igual que su sonrisa se había tornado cálida. Usó un poco su poder y aumentó levemente la iluminación a su alrededor para crear una atmósfera encantadora y de ensueño.


Al terminar abrió sus ojos y totalmente apenado bajó. Dirigiéndose a Sanaro, dijo:
-e..eto... te... te gustó?.....go-gomen si no fue así....

Le observó recorrer el lugar, siguiéndolo con la mirada, por la expresión de su rostro notaba que aquél sitio parecía agradarle, algo que a decir verdad le aliviaba un poco.
Le sonrió también observándolo subir al escenario y aguardando en silencio, no había esperado aquello.
La forma en que recitaba cada verso era casi mágica, creándose un ambiente espléndido. Sin percatarse resultó absorto observándole.
Al escuchar su pregunta reaccionó dirigiéndole unos suaves aplausos cómo respuesta e inclinando su cabeza a modo de reverencia para mostrar su agrado - Claro que sí, no tienes que disculparte, además lo hiciste muy bien, tienes una gran habilidad para este tipo de cosas, y tu voz es realmente buena para ello. - Le dedica una sonrisa mirando por un instante el libro azul y luego directo a los rojizos ojos del otro - Shakespeare ha sido una buena elección, aunque seguramente se te daría bien recitar lo que fuese. Apuesto a que se te daría muy bien cantar también, ¿Lo has hecho alguna vez?
Hechó una mirada rápida hacia las libros, y luego nuevamente al que el otro aún llevaba en su mano - ¿Qué deseas hacer ahora? Podemos seguir, o quedarnos aquí un rato más. Puedes continuar leyéndolos si quieres, y recitar algún otro, incluso podría tocar algo para ambientar.

se sonrojó completamente frente a los alagos del otro joven. - no.. no es así... solo... solo he repetido un par de estrofas....- sonrió apenadamente y respondió a su acompañante- e-esto... podemos estar un ratito mas acá?.... es que... este lugar me gusta....- dijo mirando al suelo. sentía que estaba siendo bastante egoísta con ese pedido, pero ese lugar le parecía muy lindo y reconfortable. le miró a los ojos intentando adivinar su reacción. apresuradamente añadió- yo... me gustaría poder escucharte cantar.... si no te molesta.... claro...- sentía una enorme curiosidad por el otro joven. estaba seguro de que su voz al cantar seria esplendida.

- Por supuesto que podemos, el tiempo que gustes.
Escuchó entonces aquel pedido - Es justo, supongo - Comentó, para luego dedicarle una sonrisa subiendo al escenario de forma elegante, posicionándose al centro de este y viendo directo a Hikaru - Si quieres escucharme.
Pensó un instante, recordando a gran velocidad un amplió número de títulos que conocía y podía cantar. - Bueno, no prometo nada. Siquiera sé que preferirías oír.
Hacía bastante que no le escuchaban cantar fuera de su trabajo, por lo que ese cambio de ambiente le agradaba bastante. Cerró los ojos, respirando hondo antes de comenzar a cantar, con una voz suave, armoniosa. Modificaba levemente los tonos y tiempos de la canción, pero de una forma armónica que podía bien pasar de ser percibida, y acompañaba ocasionalmente su vos con elegantes y delicados movimientos de sus manos.

Una vez hubo acabado levantó la mirada hacia los ojos del otro - ¿A estado demasiado mal?

El peliblanco se quedo totalmente embelesado con la voz del otro. Sentía que podría pasar toda su vida inmortal escuchando esa voz y su canto. La letra le había llegado al fondo de su corazón. Podía sentir como un par de lagrimas bajaban por sus mejillas. Esa canción le recordaba su existencia. Varias partes de esta le rememoraban el echo de que la noche es su único momento de verdadera vida. En la cual puede jugar a ser una persona mas, sin ser ignorado por los sentidos de aquellos que aun estaban vivos. También, es durante ese momento en el que no piensa en su memoria perdida y la tristeza de no poder recuperarla.
Cuando el otro dejó de cantar y sus ojos se encontraron, sintió como un leve rubor le invadía todo su rostro. Secándose las lagrimas le sonrió felizmente.
- Es lo mas bello que he escuchado. realmente cantas hermoso, y la canción que has elegido me ha encantado. espero poder escucharte cantar mas seguido... - Dijo con tono melancólico al pensar que ese momento no duraría por siempre. Que alguna vez, de una u otra forma, tendrían que separarse.

Hace una reverencia antes de bajar del escenario en dirección al otro joven. Notando la reacción de este y la forma en que secaba su rostro un tanto preocupado. Luego le dedicó una sonrisa - Muchas gracias, me alegra te haya gustado, aunque dudo sea para tanto... - No era como que fuese la primer vez que causaba reacciones como esa, incluso, ocasionalmente ponía toda su intención en aquello, de modo que debería estar acostumbrado, pero, no obstante, entonces sentía cómo si hubiese algo más - Puedes escucharme cuando quieras, sólo dilo y cantaré para ti lo que sea, cuando y donde lo desees.
Pasó la mano por la mejilla del otro con suavidad, quitándole todo rastro de las lágrimas que había derramado antes. Procuraba animarle. Notaba algo extraño en su actitud - Si sonríes a cambio cantaría siempre.
- ¿Qué... - Cuestionó tras un instante de haberlo dudado - ...Es lo que pasa por tu mente? ¿En qué piensas? - Hizo una pausa sonriéndole - Probablemente te suene entrometido, así que no tienes que responder.
Sí, tal vez le sonara así, y ciertamente podía decirse que lo era, pero no es que quisiera incomodarlo o algo por el estilo, sino que tenía la sensación de que algo le estaba molestando y, quizás si sabía qué podría hacer o decir algo.