Gin Fujiwara

Nombre Completo:
Gin (Ginzou) Fujiwara

Edad:
Aparente: 26 – Real: más de 5000 años

Raza:
Vampiro

Clan:
Ventrue

Ocupación:
Yakuza - Traficante de toda clase de objetos y sustancias.

Inclinación Sexual:
Suke infértil

Descripción Psicológica:
¿Quién pudiera ser el psiquiatra del ser plateado para desentrañar tan enigmático personaje? A grandes rasgos, se muestra como un ente despiadado, cruel y elegantemente sanguinario. Sin respeto a la moral, ni a las buenas costumbres, ni a nada que pueda caratularse como “bueno”, su mejor amigo es el dinero; y es que el vil metal es lo único que tiene un verdadero valor para él. “Todo puede ser comprado” es su frase de cabecera y no parece haber espacio para nada más dentro de su pecaminosa cabeza.

De perverso y lógico pensar, sus elucubraciones son en definitiva, geniales. Su coeficiente le permite el dominio de cualquier conversación, y eso encaja en su personalidad egocéntrica, egoísta y manipuladora.

Es obsesivo, rayando lo psicópata, y jamás, nada, puede salir mal… Y su fiereza, sólo es comparable a su apetito sexual. Perverso, su ambición por el poder y el dinero se traslada inevitablemente a sus predilecciones sexuales, a su apetito voraz por el sexo y la sangre, sin importar quién, dónde o cuándo. Sin importar que haya consentimiento o no. Lo importante, es que la víctima haya desparecido o muerto antes de que él despierte.

Desapegado a la vida, desconfía de todo y todos, aunque su sombrío carácter hace que en realidad, no tenga mayor interés en concretar una amistad con nadie. Aún con los de su propia especie es bastante desapegado, importándole poco los nidos o hacer grupos con ellos, salvo que sea en ocasiones especiales (en caso de dar dictámenes o juzgar a algún insurrecto).

Descripción Física:
En rasgos generales, Gin, mide 1,90 m. , su contextura física es atlética y de fuertes hombros, delgado, lo que le da una apariencia elegante y refinada, y sus facciones son igual de delicadas pero al tiempo , masculinas.

En detalle y comenzando por el rostro, su piel es blanca, tan blanca que parece porcelana, quizás debido a que pocas veces ve el sol puesto que se dedica a la vida nocturna. Tiene una mirada fiera, penetrante y cruel. Su falta de piedad también se refleja en el rictus de su boca, de la cual se dice, jamás se vio una sonrisa de felicidad. De nariz fina, sus afinados rasgos no dejan de ser tanto sensuales como masculinos. Un marcado maxilar, enmarcado por sus plateados cabellos, largos y finos hasta los hombros anchos, completan el panorama de un rostro tan delicado como devastadoramente feroz.

Si bajamos un poco más, Gin siempre lucirá un traje, preferentemente oscuro y de diseñador, el cual llevará de forma impecable cubriendo sus esbeltos y trabajados abdominales y pecho. La piel, igualmente blanca, tersa y fría.

No habrá ojos que no se posen en sus glúteos, redondos, firmes y de una tamaño reservado, o en su pelvis, marcada desde el inicio y descendiendo en una v sensual hasta el recóndito espacio donde guarda su joya más preciada, su potente y exquisito sexo.

Sus piernas son largas y contorneadas como las de un nadador profesional.

Gustos:
Más allá de su apetito desequilibrado por la sangre, el poder, el dinero, la lascivia y el sexo, Gin es un aficionado a la música. Atento a esto, toca muy bien el piano.

También disfruta de la tranquilidad. Es más, para ser un desequilibrado mental, es bastante “pacífico” a primera vista. Rara vez grita.

Amante indiscutido de la buena vida.

Desagrados:
Principalmente, que las cosas no salgan como él ha vaticinado o como él quisiera. Disgustos menores están relacionados a que se le falte el respeto y en este canal, sobre todo que le griten, lo odia.

Que se traten de pasar de listos con el dinero, sus negocios, o inclusive la mera sospecha de una traición hacia su persona podría ocasionar que rueden varias cabezas.

“El concepto de amor”, y es que para Gin es un elemento altamente sobrevalorado que se iguala a comer grandes cantidades de chocolates. Han llegado a osar decirle que “el amor no puede comprarse”, sentencia que desmintió poniendo plata en los lugares justos y viendo como ese altruista se rendía a sus pies inevitablemente.

Armas, poderes y Habilidades:
Los siglos de supervivencia lo han dotado de grandes habilidades: paciencia, sabiduría y temple, como así también han servido para incrementar sus dones oscuros.

En cuanto a habilidades físicas, su cuerpo es duro como el mármol, igual de blanco y peligroso. Su agilidad es espeluznante y es capaz de manejar casi cualquier arma puesto que, como vampiro, la imitación es parte de su esencia. Lo mismo le da tocar el violín, el cello, o gatillar un arma de fuego o doblegar a un enemigo con una espada. Su fuerza es implacable.

En cuanto a lo metafísico, presenta el poder de la telepatía, es decir, leer las mentes ajenas y transportar su conciencia a través del espacio. Al tiempo es hábil bloqueándose completamente a cualquiera que quiera meterse en su mente, como si su cráneo estuviese hecho de acero.

También posee la habilidad de trepar casi como por encanto sobre cualquier superficie, y levitar (aunque prefiera no hacerlo para no caer en estereotipos).

Debilidades:
Dicho esto, es un ser prácticamente inmortal, y digo prácticamente pues tiene sus debilidades. Si bien por los años de “vida” que tiene posee resistencia hacia el sol, éste es capaz de matarlo en una exposición prolongada. Si su cuerpo toca el fuego y se incendia por completo también acaba su existencia. En ambos casos las cenizas deben ser esparcidas o su cuerpo volverá a regenerarse con el tiempo. Las balas de plata son letales si se disparan directo a su corazón, y es fácilmente reducida con cualquier elemento que esté hecho de ese precioso metal.

Virtudes y Defectos:
Creo que no tiene nada que se puede ver como una virtud ya que todas sus habilidades las utiliza para el mal.
Defectos, pues su tendencia a ver todo por debajo de él, lo que lo lleva a exponerse a mucho peligro al subestimar a todos.

Reseña Histórica:
¿Quién en todos estos años, fuera capaz de recitar la historia desde los principios más absolutos sino un vampiro? Esta es la historia de uno que ha tenido muchos nombres pero que en la intimidad de su conciencia recuerda que su creador lo llamó Ginzou. Descendiente directo de la familia real, de la mismísima Reina de los Condenados, la Madre Akasha, sus ojos rubí han visto levantarse y caer imperios.

Corrían los años allá en el Nilo, cuando aún ni siquiera podía llamársele Egipto, en el momento que un hermoso y joven soldado de 26 años, se cruzó en la corte con los ojos de la Reina. Trágico destino quiso que la caprichosa mujer, monstruo o emperatriz del mal, quisiera al muchacho en su alcoba cuando Enkil, su Rey, estaba de cacería santa.

La noche caía en las habitaciones del suntuoso palacio, el olor a cera quemada era penetrante y ni siquiera un ruido se atrevía a recorrer los pasillos. Todo resultaba un espectáculo tétrico y a la vez, acogedor. Los pasos del plateado y fornido hombre, retumbaban contra la piedra a medida que se dirigía a lo que sería el fin de su existencia mortal. Ingenuo, tenía los músculos tensos mientras apretaba los dientes fuertemente. Era sabedor del honor que era ser llamado por la Reina, pero también de lo que ello significaba: la traición hacia su Rey. Pero Akasha era hermosa y al tiempo implacable: sus deseos eran órdenes.

Con el torso desnudo y el lino que cubría finamente su pelvis, adornado de joyas de oro para la ocasión y perfumado con los mejores aceites, Gin entró en los aposentos de la mujer que le tomó en un instante dándole el mayor de los placeres que jamás hubiese imaginado. Horas de pasión sudorosa y besos prohibidos pasaron antes de que la Reina decidiera frenar. Y Gin hubiese deseado que eso no terminara jamás, por lo menos, siglos más tarde lo deseó.

Los colmillos de la fastuosa mujer se clavaron en su cuello y sintió dolor, dolor y placer ultraterrenal mientras sentía que su cuerpo era vaciado de vida, de sueños y de esperanza y que sólo imágenes hermosas de una vida que ya no volvería a vivir colmaban su conciencia… hasta ver la puerta negra mientras Akasha le ordenaba que la cruzara. “Bebe” fue el comando que antecedió a la prenda del cuello de la bellísima mujer, de la cual el joven bebió hasta saciarse… y una y otra vez por el resto de la noche uno bebió del otro en sagrado beso maldito.

Finalmente, durmió. Al despertar supo que Akasha estaba con Enkil, supo porque la oyó en la distancia, porque podía ver a través de sus ojos y al tiempo posicionarse como fuera de su conciencia junto a ella. La Reina le ordenó marcharse en silencio… su vida inmortal corría peligro. Ella lo buscaría un día y reinarían juntos en otra época.

Huyó y lo demás es historia. Akasha jamás fue por él, aún luego de despertar de su largo letargo. Prefirió la compañía de un novicio a la sangre vieja y poderosa de Gin, y él… él por siempre vagó buscando a su Reina...

Fue en la década de los 90´ cuando sintió en lo más profundo de sus entrañas que jamás volvería a verla, lo sabía… su cuerpo ardía como nunca jamás lo había hecho: su creadora, su amada, estaba muerta.

Así, se levantó de su letargo, desenterrándose, llenándose las uñas de tierra santa sepulcral. Sus ojos no podían creer lo que veían. Casi 5.500 años de existencia no habían preparado su corazón para lo que vería. El mundo era un caos, las mentes de las personas estaban corruptas y pudo sentirlo en la sangre: poderosa pero quizás aún más maldita que la suya. Todo era un asco…

Sació su sed… unos pocos mortales. Se sorprendió de lo fácil que había sido. Seguían siendo tan ingenuos como siempre. Robó sus ropas y en ese momento escuchó el llamado. Los vampiros se movilizaban, buscaban nuevas tierras que profanar y esta vea era nada más y nada menos que la ciudad santa y maldita de las leyendas: Agharta.

No fue difícil contactar con el líder del movimiento, con la cúpula suprema que comandaba a los malditos y hacerse un lugar entre ellos en el momento en que demostró su identidad. Así y con paso firme, él y sus camaradas, llegaron a la ciudad. Fue poco el tiempo que se mantuvo con ellos por mera conveniencia, solamente lo suficiente como para volver a hacerse con la fortuna que había amasado durante todos sus milenios de existencia y montarse un negocio turbio de tráfico de objetos y sustancias. Solamente aparece en las reuniones en las que debe imponer autoridad como Ventrue, para luego volver a la oscuridad de su actividad.

Otros:
En sus andanzas antes del letargo conoció a un lycan con el cual desarrolló una relación de amor y de odio. No recuerda su nombre, pero sí sus penetrantes y dorados ojos, tan hermosos y brillantes como el sol. Hasta el día de hoy le busca… aunque sin saber muy bien por qué.

Por esta relación extraña es que se ha ganado el apodo de “lobo plateado” (ambas cosas que los vampiros detestan).

No le gusta que le llamen por su nombre completo “Ginzou”, ya que ese placer ha quedado reservado para la única persona especial en su vida, Akasha.

Imagen:

Spoiler:

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Nombre Original:[/color] Gin Fujiwara

Manga: Love Celeb de Mayu Shinjo